📚 Mis 10 mejores lecturas desde la cárcel

Encerrado pero nunca cerrado: estos son los 10 libros que agitaron mi mente, alimentaron mi espíritu y mantuvieron viva la revolución entre rejas.

📚 Mis 10 mejores lecturas desde la cárcel

En la cárcel tienes mucho tiempo para leer. Hasta ahora he leído casi 70 libros, por lo que elegir mis diez mejores títulos para La biblioteca rebelde es una tarea difícil. Los que he elegido se han quedado conmigo no sólo porque son "una buena lectura", sino porque son los más impactantes e importantes: libros que me golpearon en las entrañas, me abrieron nuevos entendimientos y me ayudaron a dar forma a una visión de lo que demonios vamos a hacer a continuación. Nuestro trabajo consiste en tomar estas hermosas piezas y convertirlas en un todo vivo: una cultura, una estrategia, un programa que rompa moldes. El futuro que nos espera es aterrador. Y sin embargo, de alguna manera, ese mismo terror hace que la posibilidad de un gran avance se sienta eléctrica.

Así que aquí va...

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1. Iain McGilchrist - El asunto de las cosas

Empecemos por los cimientos, por el terreno en el que nos movemos. No hay duda: uno de los libros más importantes que he leído en la cárcel es The Matter with Things, de McGilchrist.

McGilchrist comprende la gravedad de nuestra situación. Se centra en la sabiduría básica que necesitamos: ver el todo, no sólo las partes; reconocer que todo es proceso y flujo; y que lo divino y lo secular, el espíritu y la materia, no son enemigos, sino complementos. El autor parte de la ciencia para llegar a la religión y el misticismo, echando por tierra la idea de que la ciencia moderna y la espiritualidad ancestral están reñidas. No lo están. Necesitamos ambas para sobrevivir.

Aunque el libro es largo y costoso, reitera eficazmente los mismos puntos clave en repetidas ocasiones. Podría criticársele por su repetición, pero creo que ése es uno de sus puntos fuertes. Sirve como un profundo libro de referencia para sus argumentos, y hay algo casi meditativo en absorber estas orientaciones una y otra vez, sobre todo porque este proceso contrarresta eficazmente la repetición interminable de los adoctrinamientos culturales neoliberales que nos están llevando hacia la destrucción universal.

2. John Milbank - Teología y teoría social

Este texto fundacional desafía la arrogancia de la razón secular y reivindica la teología como una tradición intelectual seria, capaz de reimaginar la sociedad y volver a situar lo sagrado en el centro de la vida política y cultural. Me atrevería incluso a decir que se trata de una de las diez obras más importantes del último medio siglo. Dicho esto, no es una lectura fácil. Gran parte de ella se me pasó por alto la primera vez, y sin Google (especialmente en la cárcel), te quedas luchando con la complejidad. Pero tal vez esa sea la cuestión: si vamos a enfrentarnos a los retos extremos de nuestro tiempo, no es de extrañar que tengamos que cuestionar los fundamentos mismos de nuestros supuestos culturales.

A riesgo de simplificar en exceso, Milbank sostiene que la razón secular -materialismo, instrumentalismo, reduccionismo- nos ha conducido a culturas de violencia y nihilismo, como demuestran los horrores de los dos últimos siglos. Desmonta con maestría el mito de la ciencia social "objetiva" y expone el fracaso del posmodernismo a la hora de ofrecer un fundamento ético real. A pesar de su rechazo de las verdades absolutas, el posmodernismo se hunde con demasiada frecuencia en un nihilismo nietzscheano, en el que el poder tiene razón y todo es subjetivo.

En cambio, Milbank propone una "ontología de la paz" arraigada en un cristianismo reimaginado. A diferencia de las ideologías seculares, que tienden a producir conflictos, esta visión se basa en el perdón, la caridad y el amor al otro. No se trata de abandonar la razón, sino de reconocer otras formas más profundas de ser y conocer. Estos modos trascendentes -fe, intuición, ritual, amor- son, en mi opinión, esenciales para cualquier proyecto revolucionario serio en el siglo XXI.


3. Zygmunt Bauman - Modernidad y Holocausto

Bauman es uno de los grandes: un socialista polaco-judío y sociólogo que acabó en el Reino Unido después de la guerra. Su obra destroza la petulante objetividad de las ciencias sociales, que pretenden que la moralidad es sólo una construcción social y que la socialización siempre es buena. En realidad, como muestra Bauman, la socialización creó el Holocausto.

En la Alemania nazi, fue la conformidad lo que permitió el genocidio, no la falta de ella. La moralidad no provenía de la sociedad, sino de los individuos que se negaban a aceptarla. Bauman se centra en la "proximidad", la distancia del sufrimiento ajeno que permite la barbarie. Me impactó mucho porque mi propia investigación en el King's College de Londres se centraba en lo mismo, de forma totalmente independiente.

La proximidad rompe la deshumanización. La desconexión permite que florezca. Necesitamos diseños sociales que construyan cercanía, comunidad y cuidado. Bauman vio que la modernidad, con su complejidad y racionalidad instrumental, nos estaba llevando al desastre. Ahora lo vemos como el proyecto de muerte de las emisiones globales de carbono.


4. Sarah Shortall - Soldados de Dios en una guerra secular

No es exactamente un título de moda, pero es uno de los libros más importantes que he leído. Tan importante que lo leí dos veces en la cárcel.

Es una inmersión profunda en cómo los pensadores católicos del siglo XX respondieron a la expulsión de la Iglesia del poder estatal a finales del siglo XIX. Esa crisis obligó a un retorno radical a las primeras tradiciones cristianas, que rechazaban la idea de que la religión se relegara a lo privado, simbólico o subjetivo.

¿El mensaje central? Si Dios es Dios, Dios tiene que estar en todas partes, incluida la política. El mundo puede y debe rehacerse con la presencia divina en cada momento. El reto es cómo hacerlo realidad. Los movimientos sociales católicos lo hicieron bien, creando una alternativa "personalista" al fascismo y al marxismo, aunque no sin complicaciones. Sin embargo, el impulso de reencantar el mundo con las maravillas de la espiritualidad está ahí.


5. Matthew Beaumont - Lev Shestov: Filósofo de la noche en vela

Ahora vamos con algo un poco más divertido (en plan existencialista ruso). Shestov es el hombre que destruye todas las ilusiones. Es contrario a la necesidad, a la certeza y a las tonterías, y Beaumont le da vida de forma maravillosa.

Huyendo de la Revolución Rusa, Shestov acabó en el París de entreguerras, despotricando contra la ciencia, la razón y las pretensiones de la filosofía. No se puede saber nada que importe. Las palabras son una distracción. Cualquier cosa puede suceder. Es el oscuro profeta de la imprevisibilidad, que muestra por qué el neoliberalismo -con sus fantasías de objetividad, control y progreso- está completamente desquiciado. Shestov sabía que no acabaría bien. Y aquí estamos.


6. Theda Skocpol - Estados y revoluciones sociales

Este es el punto de vista académico de referencia sobre cómo se producen las revoluciones. Skocpol no se anda con chiquitas. Lo que quiere decir es que las élites siempre acaban metiendo la pata y las revoluciones son inevitables. No se hacen, vienen.

Es inquietantemente premonitorio. Al igual que antes de la Revolución Francesa, la clase dominante actual está destripando el Estado, negándose a pagarlo y reduciendo su capacidad. ¿Le suena familiar? Hola, Sr. Trump.


7. Charles Kurzman - La impensable revolución en Irán

Si Skocpol nos da la visión estructural, Kurzman nos da el caos. Su estudio de la Revolución iraní de 1979 muestra cómo todo puede cambiar de la noche a la mañana.

Todo el mundo pensaba que el régimen del sha era inquebrantable. Pero cayó como un castillo de naipes. La movilización se produjo porque se produjo la movilización: una cascada, un bucle de retroalimentación, con los estudiantes religiosos dándole el pistoletazo de salida. No intentaban ganar o evitar la muerte, sino que actuaban desde una creencia trascendental. Y cuando llegó el punto de inflexión, todo el país se unió.

Es un recordatorio: que un régimen parezca estable no significa que lo sea.


8. Vanessa Machado de Oliveira - Modernidad hospitalaria

Este libro tiene mucha fuerza. Machado de Oliveira, de origen indígena brasileño y superviviente de una brutal infancia, llegó a convertirse en un académico de primera fila en Canadá. Hospicing Modernity es una fusión cruda y original de dos mundos y una denuncia brutal de nuestra cultura moribunda.

El libro cuestiona toda la estructura del pensamiento occidental, incluidas sus alas radicales. Nos obliga a enfrentarnos al dolor, la muerte y el fin del mundo tal y como lo conocemos, no como metáfora, sino como realidad vivida. Es una lectura dolorosa pero esencial. Machado de Oliveira da en el clavo sobre la necesidad de que conectemos emocionalmente con nuestra violencia, tanto hacia la tierra como a través de prácticas y actitudes neocoloniales. El libro está lleno de duros y a menudo incómodos ejercicios de autorreflexión. También destaca las poderosas mitologías de las sabidurías indígenas.

Sin embargo, a fin de cuentas, sigue atrapada en lo que yo llamo el estreñimiento del posmodernismo académico. Insiste en la pluralidad, pero no logra abrirse paso hasta las realidades de lo divino o lo religioso. Prácticamente no habla de los aspectos prácticos de la práctica revolucionaria. En su lugar, se limita a señalar que ser radical puede traerte problemas (por ejemplo, que te despidan, con la suposición ideológica implícita de que eso te hará irrelevante).

Y, por último, pero no por ello menos importante, al final del libro hace una afirmación desesperadamente deprimente: que las sorprendentes prácticas y aprendizajes que ha desarrollado no van a extenderse, sólo ella y su pequeño colectivo. Demasiado para estar en una EMERGENCIA.

Hay grandes cosas aquí, y por eso la he incluido en mi lista, pero es, digámoslo así, radicalmente incompleta.


9. Daniel Coyle - El código cultural

Terminemos con algo práctico. Leí un montón de libros sobre democracia deliberativa y asambleas de ciudadanos. La mayoría eran -seamos sinceros- dolorosamente aburridos. Todos se quedaban en la estrecha visión del mundo de la ciencia política académica: los humanos como pequeñas máquinas maximizadoras de la utilidad.

Lo que de verdad importa -como la forma en que las personas llegan a amarse y confiar unas en otras a través de la deliberación- queda relegado a las notas a pie de página. En serio.

Pero entonces encontré El código cultural, de Daniel Coyle. Qué alegría. Una visión directa de cómo funcionan los equipos: las personas responden al estímulo y la vulnerabilidad; los equipos vencen a los genios en solitario; los líderes obtienen mejores resultados siendo abiertos y humanos. Todo está ahí: la cultura que necesitamos para construir movimientos revolucionarios.


10. Andreas Malm - Cómo volar una tubería

Luego está How to Blow Up a Pipeline, de Andreas Malm, un libro tan malo que hay que leerlo. Es un ejemplo perfecto de la lógica del "activismo" masculino regresivo y reduccionista. Un poco largo, lo sé, pero básicamente encarna todo aquello de lo que nos hemos estado alejando desde la fundación de Extinction Rebellion.

La razón para leerlo no es tanto para comprometerse con su argumento - que sería bueno iniciar un sabotaje secreto - sino más bien para presenciar el funcionamiento desquiciado de la visión del mundo que pensadores como Milbank y McGilchrist exponen tan brillantemente. Si vemos el mundo como nada más que materia muerta -fuerzas, materiales, empuje y atracción, lucha y superación- entonces acabamos no sólo con la violencia del extractivismo capitalista, sino también con la violencia del fascismo de izquierdas. Ambos surgen del mismo materialismo brutalista subyacente que no puede ver más allá de la "materia".

En una segunda lectura, sin embargo, me sentí más triste que enfadado. En cierto modo, Malm parece reconocer subliminalmente las contradicciones de lo que propone. Nunca va más allá de la crítica académica y la retórica abstracta. Siempre que recurre a ejemplos reales de sabotaje, no puede evitar la realidad de que o bien consiguen muy poco o, peor aún, desembocan en violencia política y guerra civil.

Tu turno

Todos los elementos para una nueva civilización ya están aquí. Lo nuevo espera nacer, pero está lastrado por lo viejo que agoniza. ¿No lo sentimos todos? Así que te toca a ti escribir las historias de la Revolución en el siglo XXI, porque es un momento increíble para estar vivo. 

Sácame de la cárcel, por favor, hay mucho que hacer.


FALTAN 4 DÍAS

El 31 de mayo celebraremos la próxima Convención mundial en línea Rev21y deberías unirte.

Es en línea, gratuito y abarca casi todas las zonas horarias. Pero lo más importante es que es una oportunidad para conocer el movimiento, nosolo a los ponentes principales como Matt Kennard, Rachel Donald, Tzeporah Berman, Peter Carter, Adam McKay, Dana R Fisher y muchos más, sino a los miles de personas como tú que están dispuestas a predicar con el ejemplo.

Esta no es una conferencia más. Es una reunión de mentes revolucionarias, un espacio para conectar, planificar y actuar, porquesabemos que actuar solos no es suficiente. Ya lo hemos intentado. Es hora de unirnos.