La depravación moral de la solidaridad con señales de virtud - Novara Media
Seamos claros. Mostrar "solidaridad" en 2023 no es firmar una carta, hacer una declaración, no es simplemente ir a una marcha y, desde luego, no es hacer otra bonita entrevista intelectual desprendida sobre la obscena injusticia. En el momento actual hacer estas cosas ya no es sólo de mal gusto, es jodidamente repugnante. ¿O es que no has visto cómo son la muerte rápida y la inanición lenta para quienes no tienen el privilegio de mirar hacia otro lado, de salir de la situación o de "tomarse un respiro"? Para quienes se enfrentan a una matanza, no provocada por ellos, se pongan como se pongan. Para quienes no hay escapatoria.
Y muy pronto lo que ocurre "allí" nos ocurrirá "aquí".
Cuando tenía 18 años me fui a la India a trabajar con una organización de derechos civiles. Era un adolescente engreído y creía que lo sabía todo. La semana anterior a mi llegada, la policía disparó contra 20 trabajadores textiles en huelga. Luego los asesinos fueron a los pueblos de los trabajadores y violaron a las mujeres. Me dejaron sin sentido. Aniquilado. El responsable me dijo algo así como "vuelve al puto norte global y haz caer a los gobiernos que están creando esta mierda". Nunca olvidaré su mirada. Conseguí una beca en la London School of Economics, pero la abandoné al cabo de un año para seguir sus instrucciones. Y nunca miré atrás.
Tras el inicio de Extinction Rebellion, hice unas 100 entrevistas sobre el proyecto de muerte masiva con periodistas, hasta hace un año aproximadamente. Luego dejé de hacerlo. Me di cuenta de que me estaba pudriendo el alma. Hablar del sufrimiento de la gente como si fuera una curiosidad desconcertante. La "cuestión", el "problema", la "solución". Había una razón por la que los nazis se referían a sus matanzas masivas como un ejercicio médico. Una cuestión de higiene. Una cuestión científica.
Ahora, cuando voy a una entrevista, sólo pienso en una cosa. La movilización. Cuando me preguntan por "China", "violencia" y todo lo demás, digo "no es de eso de lo que estoy hablando". Me siento una mierda al respecto. Odio tener que ser desagradable, grosero y divisivo. Pero lo que más odio es la putrefacción de mi alma.
Lo más importante que tenemos que hacer en este momento es asumir nuestro poder, lo que significa asumir nuestra rabia, lo que significa expresar realmente nuestra rabia: "No puedes quedarte de brazos cruzados mientras esta mierda está ocurriendo". Con una mirada como la que me lanzó el revolucionario en la India hace tantos años. Certeza total. Compromiso total.
Este es el aspecto de la Ruptura.
Me encanta la conversación intelectual. Vivo y respiro ideas. Todos preferiríamos estar haciendo otra cosa bien. Pero los días de lo que "nos gustaría hacer" han pasado.
Un amigo de XR me habló esta semana de esta podredumbre del alma que intenta pasar por el aro de la humillación para conseguir que las ONG sean "socias" de las manifestaciones de "The Big One" en abril. Se están haciendo esfuerzos para conseguir que las élites liberales actúen, pero la ventana de oportunidad para ellos se está cerrando rápidamente, a medida que el surgimiento de la rabia reprimida de los jóvenes crece mes a mes. Las instituciones de nuestras sociedades están totalmente moribundas, en una espiral suicida de hipocresía y cobardía. La depravación de mostrar "solidaridad" mientras no se hace tal cosa. Decir que me da asco ni siquiera se aproxima a lo que siento. Con lo que está en juego. Con tan poco tiempo.
Confieso que siento debilidad por Aaron Bastini. Es un ejemplo de lo que un líder de su generación podría ser, pero aún no ha tenido el valor de llegar a ser. Novara Media se encuentra en esa tierra de nadie que desaparece entre ponerse del lado de la próxima praxis de la revolución o volver a deslizarse hacia las comodidades del silo mediático de la "izquierda", hablando consigo mismo hasta que las estanterías se queden vacías también para ellos. Los comentarios bajo el vídeo muestran la desesperación y la impaciencia: "Queremos actuar, queremos desempeñar nuestro papel" - en esta gran batalla. El centro no resistirá. No hay terreno neutral. Este sistema está acabado. El gran destino de la generación joven es actuar para construir lo que viene después. No hablar de ello.
Los nuevos líderes tienen que salir a la calle y ponerse en peligro. Mirar a los ojos de los oprimidos y decir: "Sí, actuaré en solidaridad con vosotros. Joder, sí". Y luego hacerlo de verdad.
Novara: ha llegado el momento de tomar una decisión.
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Mi entrevista con Novara.
