Violencia política y responsabilidad
Tras el aumento de la violencia en toda Europa sobre la clase política, debemos recordar su propia violencia contra el pueblo.
La democracia tiene dos deberes: proteger al pueblo de los ricos y proteger al pueblo de la muerte. En ambos casos, la clase política actual está fracasando. Mientras protestan contra los ataques nihilistas a sus propios miembros, también son responsables del incumplimiento más violento de su deber sagrado: el deber de proteger.
Durante una generación han permitido que el pueblo esté sometido a la violencia de los ricos: el declive implacable de los servicios públicos, el aumento de los mecanismos de control social, el moralismo nauseabundo de que si trabajamos duro y agachamos la cabeza prosperaremos. La violencia de esta mierda sin fin.
Llevan una generación permitiendo que el pueblo sea sometido a la violencia de la muerte. La última desgracia es la voluntad de nuestros políticos de cambiar el fin de nuestras sociedades por los intereses privados del lobby del carbono: los intereses de los combustibles fósiles, la industria agrícola, el salvaje saqueo final de nuestro mundo por las fuerzas del capital.
La gente no puede soportar mucho esta realidad. La mayoría se doblega impotente y sin esperanza, algunos se resisten y son encarcelados, otros se refugian en conspiraciones y unos pocos recurren a la violencia contra sí mismos. Otros la dirigen contra sus verdugos.
La irracionalidad de este obsceno aumento de la violencia política es una imagen especular de la irracionalidad de nuestros obscenos políticos. Son una clase escandalosamente infantil y cobarde que sigue administrando la destrucción de todo lo que amamos. Todo lo que ofrecen es el insulto final: una lista de promesas que todos sabemos que se incumplirán. Como las de antes, y las de antes.
¿Por qué nos toman, por idiotas? ¿Ovejas para llevar al matadero?
Como dijo Martin Luther King, podemos elegir: La no violencia o la no existencia. Algunos de nosotros luchamos cada día por la no violencia, con el poder de la impotencia y el poder del amor. Pero si los que están en el poder continúan facilitando esta violencia sobre la gente, entonces experimentarán cada vez más el significado del viejo dicho:
"Si escupes al viento, vuelve y te golpea en la cara".
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